Consolidar para Afirmar al Nuevo Cristiano en la Fe (3era parte) por Daniel García

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Juan 15:16

La iglesia tiene un rol importante en las primeras etapas del creyente, se convierte en una plataforma que ofrece oportunidades de servicio para que el nuevo convertido se impulse en su crecimiento espiritual y su vida se centre más en Cristo. La consolidación es el cuidado y la atención que le damos al nuevo creyente para que se afirme en su decisión por Cristo y comience a dar los primeros pasos en su camino hacia la madurez en el propósito y visión del reino de Dios.  

¿Qué sucedería si la iglesia ya no es la fuerza que impulsa en las etapas iniciales del crecimiento espiritual?  Bueno, que la actividad eclesiástica en si misma no tendría el crecimiento de una constancia espiritual “de amor por Dios y los demás”

Para muchos de nosotros que hemos tenido un avance espiritual de amor y pasión por Cristo y por el prójimo, dicho avance se desarrolló al inicio de nuestra conversión seguido de una consolidación y capacitación que no se centraba únicamente en actividades, sino más bien en una relación creciente con Jesucristo:  Desde la oración diaria, la lectura de la Biblia, incluidos el servicio, equipamiento y la evangelización.

El rol de la iglesia es el de ayudar al nuevo creyente a nutrir una relación continua y creciente con Cristo, porque según el avance que tenga el nuevo convertido, él mismo tomará la responsabilidad de su relación con Dios y el papel de la iglesia ocupará otras funciones. Es decir que la iglesia no es la que impulsa el crecimiento espiritual a largo plazo, sino es de gran importancia las primeras etapas por las que pasa el nuevo creyente.

El crecimiento espiritual tiene que ver definitivamente con el crecimiento de nuestra relación con Dios a través de un compromiso con Jesús y de la profundización de la relación con Él. Sobre lo anterior, pareciera que la iglesia tiene su mayor impacto al comienzo de nuestro caminar espiritual, es decir cuando la persona empieza en su aventura de incursionar en el cristianismo y experimenta las primeras etapas de la fe. Es algo así como la influencia de los padres en los primeros años de la niñez, cuando los hijos entran en la adolescencia, van desarrollando madurez que les permite tomar su propia responsabilidad en el camino de la vida, no obstante, los padres tendrán una cierta influencia en el destino de su vida, pero muy distinta a la que tuvieron durante la etapa de niños.

La influencia de la iglesia disminuye a medida que el creyente madura espiritualmente y su relación con los discípulos cambia a otros roles que le permiten seguir manteniendo un nivel adecuado de relación e influencia. A medida que las personas crecen en su relación personal con Cristo, porque fueron beneficiadas al ser edificadas sobre el fundamento de una sólida teología y la fortaleza que dan las enseñanzas de la iglesia, la institución se vuelve menos dependiente del desarrollo de la fe del Creyente.

Imaginémonos cuan impactante seria para el reino de Dios, que los seguidores de Cristo, ya sean nuevos creyentes o creyentes maduros, tengan un recorrido del camino hacia la madurez espiritual con una provisión en todas las etapas del viaje. La iglesia tiene que crear caminos que animen a los que están acercándose a Cristo y proveer mayores oportunidades para los que por su madurez, tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Oremos al Señor para convertirnos en mejores “padres” que nos permita influir brindando mayor aliento y capacitación a los seguidores de Cristo, el objetivo es que cada uno tome su propia responsabilidad ante el Señor y Su palabra, que cada discípulo formado y de acuerdo con sus dones, vaya e impacte con su vida su entorno y brille la luz de Cristo en medio de la sociedad.

      “Pero otros son como lo sembrado en buen terreno: oyen la palabra, la aceptan y producen una cosecha que rinde el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno”. Marcos 4:20


Daniel García
Anciano que preside Consejo Nacional de Ministerios Verbo Guatemala.

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