“Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz”
Efesios 5:8 NVI
“Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero, si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.” Lucas 11:34-35 NVI
Presentación:
Definición:
Griego: (diaphanes) A través del cual pasa la luz (diáfano). Brillar o alumbrar a través de. Mostrar a través de.
Transparente: Dicho de un cuerpo: Á través del cual pueden verse los objetos claramente. Diáfano: Dicho de un cuerpo: Que deja pasar a su través la luz casi en su totalidad. DRAE Antónimo de transparente: Opaco, oscuro.
Jesús es la luz del mundo (Jn 8:12) y al venir a morar en el corazón de aquellos que le han rendido su vida y se han arrepentido de sus pecados a través del nuevo nacimiento, se constituye dentro de nosotros, como esa luz que alumbra al mundo (Mt 5.14, Ef 5.8). Ahora nosotros, sus discípulos, somos la luz del mundo y para que esa luz pueda ser apreciada y sirva para alumbrar en la oscuridad, es necesario que haya transparencia en nuestra vida.
Jesús enseñó en Lc 11.34-36 que la lámpara del cuerpo es el ojo, y que si nuestro ojo es bueno todo nuestro cuerpo estará lleno de luz (y a la inversa). El versículo 35 nos exhorta “asegúrate que la luz que crees tener no sea en realidad oscuridad” (NTV). Lo que dejamos entrar por nuestra vista tiene el potencial de convertirse en luz u oscuridad dentro de nosotros. El versículo 36 termina diciendo “Si todo su cuerpo está iluminado, sin que haya ninguna parte oscura, entonces la vida de ustedes alumbrará en todos lados, como cuando una lámpara los ilumina con su luz” (BLS), esto es transparencia. Todo ello implica, que debemos renunciar y sacar de nuestra vida todo lo que pueda “opacar” (que impide el paso de la luz) la luz que está en nosotros tal como lo dice Fil 2.15 (NTV) ”…para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta”. Recordemos que “un poco de levadura leuda toda la masa” (Ga 5.9), que “las zorras
pequeñas echan a perder las viñas” (Cnt 2.15) y que «Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable» (Ecl 10.1).
Como discípulos de Jesús debemos permitir que la vida que Él nos ha dado pueda ser vista por todos tal como lo dice Mt 5.16 “…dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial” (NTV).
La otra cualidad de un objeto transparente es que puede verse a través de él claramente, sin distorsión (lo opuesto a ello es lo opaco). Jesús se manifestó tal como era en todos los ámbitos y en todos los lugares (no tenía nada de que jactarse ni nada que esconder, era auténtico). Nuestro trato debe ser abierto, franco, honesto, sin engaño, mentira ni hipocresía tal como nos exhorta el apóstol Pedro “despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda clase de chismes” (1 P 2.1 DHH).
Reflexión para el grupo de crecimiento:
¿Cómo puede ocurrir lo que nos dice Lc 11:35 “no suceda que la luz que hay en ti sea tinieblas”?
Aplicación personal:
¿Qué cosas están opacando la luz que Jesús ya puso en mi? ¿Qué haré al respecto?
¿Estoy siendo franco, honesto, sin engaño, mentira ni hipocresía en mi trato con los demás?
Daniel García
Anciano que preside Consejo Nacional de Ministerios Verbo Guatemala.