En el artículo anterior, comentábamos sobre la importancia de la iglesia en su enfoque principal centralizado en Jesucristo, donde una de las formas de proyección es profundizar en el alcance a través de compartir las buenas nuevas de salvación, lo cual es un desafío. Este es el primer paso de evangelización, el cual llamaremos CAPTAR (captación) y nos referimos a la preocupación de alcanzar a las personas por quienes Cristo murió. La evangelización propiamente dicha, es la proclamación del Cristo bíblico como Salvador y Señor con el propósito de persuadir a la gente a venir en pos de Él, tener un encuentro personal y reconciliarse así con Dios.
Existen muchas estrategias de evangelismo, pero en un estudio realizado por el Dr. Winfiel Arn del Instituto para Crecimiento de la Iglesia en América Latina, se descubrió que del 70 al 80% de las personas evangelizadas, fueron invitadas por parientes o amigos. Alcanzar a aquellos que están más cercanos a nosotros como parientes, amigos, compañeros de trabajo y vecinos, es nuestro reto.
Ellos nos conocen y por eso nos escucharán. Sabemos que la relación personal es el mejor testimonio del amor de Jesús, es decir, relaciones significativas donde el amor y el poder de Dios trae sanidad integral dentro de nuestra comunidad. En ese aspecto, cada creyente debe contribuir con sus diferentes dones al cumplimiento de la misión evangelizadora, al llamamiento que hagamos en términos de arrepentimiento y fe en Jesucristo.
El énfasis de Jesús sobre las personas es nuestro mejor ejemplo. Él se preocupaba por los problemas cotidianos que atravesaban las personas; Él siempre iniciaba Su diálogo poniendo interés en el corazón de las personas. Es pues el Propósito de Captación el alcanzar a los perdidos, es decir, los que no tiene ningún compromiso con Cristo.
En este sentido, la Comisión de Captación en esencia, trabajará en alcanzar a los perdidos, o no creyentes, esencialmente como Estrategia, basará su alcance evangelístico en una de las fortalezas de nuestro Ministerio como lo es el Evangelismo de relación, complementado con otras actividades evangelísticas que como iglesia se puedan establecer.
El crecimiento saludable de la iglesia no se trata de un proceso metódico que funcionará de la noche a la mañana, no es únicamente evangelizar, el evangelismo y el discipulado son inseparables y parte de un mismo proceso, sin evangelización no hay discipulado y viceversa.
Como consecuencia de lo anterior, se necesita CAPTAR a través del acercamiento, amistad y servicio, pero también CONSOLIDAR a los nuevos convertidos, es decir AFIRMAR AL NUEVO CRISTIANO: Esto Implica apoyarlo, fortalecerlo, darle seguridad, servir de soporte o sostén a alguien. Es ayudar al nuevo cristiano para que se establezca en las modalidades de cristianismo y que resista las tendencias de la vieja vida.
El siguiente elemento es CAPACITAR a toda una congregación. El Señor tiene un plan específico para la vida de cada uno, y el propósito de mayor relevancia es reproducir el carácter y madurez de Cristo en cada cristiano, hasta llegar a la medida de la plenitud de Cristo, a un varón perfecto. La capacitación o el equipamiento son básicos en la tarea que realizamos para que los miembros sean fructíferos; este compromiso demanda esfuerzo y una consagración diaria, cada paso es importante y se asemeja a cada peldaño de una escalera. Todo desarrollo debe tener un lugar donde poner en práctica los dones que el Espíritu Santo nos ha dado y el llamado del Señor en cada uno de nosotros.
El amor del Señor tiene un fruto y una acción. Esa acción se llama COLABORACIÓN, es decir que tenemos un rol en el mundo para ser sal y luz en la sociedad, somos elementos de transformación. ¡Que extraordinario! Dios nos comisionó a hacer mayores cosas que las que hizo Jesús cuando anduvo en la tierra. Cristo nunca pensó en sacarnos del mundo sino en darnos el poder del Espíritu Santo para extender su trabajo.
En próximo número de Avances continuamos ampliando el tema de CONSOLIDAR.
En el artículo anterior, comentábamos sobre la importancia de la iglesia en su enfoque principal centralizado en Jesucristo, donde una de las formas de proyección es profundizar en el alcance a través de compartir las buenas nuevas de salvación, lo cual es un desafío. Este es el primer paso de evangelización, el cual llamaremos CAPTAR (captación) y nos referimos a la preocupación de alcanzar a las personas por quienes Cristo murió. La evangelización propiamente dicha, es la proclamación del Cristo bíblico como Salvador y Señor con el propósito de persuadir a la gente a venir en pos de Él, tener un encuentro personal y reconciliarse así con Dios.
Existen muchas estrategias de evangelismo, pero en un estudio realizado por el Dr. Winfiel Arn del Instituto para Crecimiento de la Iglesia en América Latina, se descubrió que del 70 al 80% de las personas evangelizadas, fueron invitadas por parientes o amigos. Alcanzar a aquellos que están más cercanos a nosotros como parientes, amigos, compañeros de trabajo y vecinos, es nuestro reto.
Ellos nos conocen y por eso nos escucharán. Sabemos que la relación personal es el mejor testimonio del amor de Jesús, es decir, relaciones significativas donde el amor y el poder de Dios trae sanidad integral dentro de nuestra comunidad. En ese aspecto, cada creyente debe contribuir con sus diferentes dones al cumplimiento de la misión evangelizadora, al llamamiento que hagamos en términos de arrepentimiento y fe en Jesucristo.
El énfasis de Jesús sobre las personas es nuestro mejor ejemplo. Él se preocupaba por los problemas cotidianos que atravesaban las personas; Él siempre iniciaba Su diálogo poniendo interés en el corazón de las personas. Es pues el Propósito de Captación el alcanzar a los perdidos, es decir, los que no tiene ningún compromiso con Cristo.
En este sentido, la Comisión de Captación en esencia, trabajará en alcanzar a los perdidos, o no creyentes, esencialmente como Estrategia, basará su alcance evangelístico en una de las fortalezas de nuestro Ministerio como lo es el Evangelismo de relación, complementado con otras actividades evangelísticas que como iglesia se puedan establecer.
El crecimiento saludable de la iglesia no se trata de un proceso metódico que funcionará de la noche a la mañana, no es únicamente evangelizar, el evangelismo y el discipulado son inseparables y parte de un mismo proceso, sin evangelización no hay discipulado y viceversa.
Como consecuencia de lo anterior, se necesita CAPTAR a través del acercamiento, amistad y servicio, pero también CONSOLIDAR a los nuevos convertidos, es decir AFIRMAR AL NUEVO CRISTIANO: Esto Implica apoyarlo, fortalecerlo, darle seguridad, servir de soporte o sostén a alguien. Es ayudar al nuevo cristiano para que se establezca en las modalidades de cristianismo y que resista las tendencias de la vieja vida.
El siguiente elemento es CAPACITAR a toda una congregación. El Señor tiene un plan específico para la vida de cada uno, y el propósito de mayor relevancia es reproducir el carácter y madurez de Cristo en cada cristiano, hasta llegar a la medida de la plenitud de Cristo, a un varón perfecto. La capacitación o el equipamiento son básicos en la tarea que realizamos para que los miembros sean fructíferos; este compromiso demanda esfuerzo y una consagración diaria, cada paso es importante y se asemeja a cada peldaño de una escalera. Todo desarrollo debe tener un lugar donde poner en práctica los dones que el Espíritu Santo nos ha dado y el llamado del Señor en cada uno de nosotros.
El amor del Señor tiene un fruto y una acción. Esa acción se llama COLABORACIÓN, es decir que tenemos un rol en el mundo para ser sal y luz en la sociedad, somos elementos de transformación. ¡Que extraordinario! Dios nos comisionó a hacer mayores cosas que las que hizo Jesús cuando anduvo en la tierra. Cristo nunca pensó en sacarnos del mundo sino en darnos el poder del Espíritu Santo para extender su trabajo.
En próximo número de Avances continuamos ampliando el tema de CONSOLIDAR.
Daniel García
Anciano que preside Consejo Nacional de Ministerios Verbo Guatemala.