La oración el camino a una relación por M. Th. Leonel Soberanis

La oración es un tema de gran importancia para toda persona que ame y quiera honrar a Dios.  Practicarla, demanda estar conscientes de nuestra necesidad de dedicar momentos para escuchar y hablarle a nuestro Creador.  En la medida que practiquemos esta interacción, fructificará en una “relación”, que más y más desearemos y procuraremos. 

El resultado de esta relación con Dios siempre será de gran beneficio para cada uno de nosotros y de todo lo que nos rodea.  Nuestro Creador anhela que el tiempo con Él, no sea cargoso, ni ritualista, sino, un descubrir que al practicarlo puede ser cada vez más agradable y, por ende, muy apreciado.  Adán y Eva son ejemplo de esta relación personal e íntima con Dios, pues la tenían paseándose con Él por el huerto.

Crearnos a Su imagen y semejanza tiene el propósito de que, podamos relacionarnos con Él, que poseamos capacidad intelectual para razonar y elegir, y que tengamos también esa facultad investigativa y creativa.  La relación con Dios despierta y promueve cada una de estas cualidades que benefician todas las áreas de nuestra vida.

La Escritura enseña que, “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto”, Sal. 25:14.  Conocer y esforzarnos por vivir de acuerdo con Sus preceptos, es lo que nos da acceso, no a una relación superficial con Dios, sino, a una comunión entrañable, en la que podemos conversar de nuestras cosas y deseos más privados.

Orar o dialogar con Dios conlleva abrir una puerta para acceder a una riqueza relacional, la cual representa, aprender a escuchar, recibir paz, gozo, guía, fortaleza, instrucción, claridad sobre tantas cosas, consuelo, etc.  Debemos entonces al orar, aprender no sólo a expresar nuestro corazón, sino a escucharle con mucha atención.  El rey David dice en este sentido, “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre” Sal. 16:11

Importante resaltar, que Dios interesado en relacionarse con nosotros, llamará nuestra atención en diferentes ocasiones, nos responderá preguntas que le hayamos hecho o bien, nos revelará diversas cosas, (1ª Cor. 12:8-10).  La oración puede convertirse en una relación tan productiva que perdérsela, resultaría lamentable.  ¿Cuántas cosas nos quiere revelar sobre Él?, ¿Qué nos quiere enseñar?, ¿Qué quiere que hagamos, cuándo y cómo?

¿Qué nos limita o quita la oportunidad de desarrollar esta relación con Dios?


M.Th Leonel Soberanis
Miembro de Consejo Nacional de Ministerios Verbo Guatemala

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