¿Del corazón de Dios al mundo? por Enrique Rodas

A través de toda la historia bíblica, encontramos el testimonio del hecho que el ser humano, es un ser continuamente buscado por Dios. En su abundante amor y misericordia, Dios decidió no abandonar al hombre en su pecado, el cual hizo separación entre la criatura y el Creador. Luz Stella Losada y José Miguel de Angulo, en su libro sobre misiología bíblica integral.

«La Restauración de Todas las Cosas» dicen: «Desde el comienzo del drama es claro que la humanidad no puede salvarse a sí misma. Si el Creador no interviene, la creación toda estará perdida. Él comienza la actividad redentora pensando no sólo en individuos. sino en toda la humanidad y creación. (Página 77).

La encarnación del Hijo de Dios, «Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros…» (Juan 1:14), es el sello del amor del Padre en su deseo de alcanzar al hombre y sacarlo de la miseria que vive alejado completamente del plan y el propósito para el que fue creado. Como Iglesia de Jesucristo, debemos aprender de esa gran verdad: Jesucristo es el amor encarnado, palpable, notorio a todos los hombres. Nosotros, Su iglesia, debemos esforzarnos por encarnar en medio de todos los círculos que nos movernos, ese mensaje del amor de Dios hacia todos los hombres, pues como hijos de Dios tenemos la responsabilidad y el privilegio como nos enseñan las Escrituras, de ser sus embajadores.

Como Verbo, nacimos como fruto de la labor misionera. Dios bendiga a los misioneros fundadores de Verbo Guatemala, que después del terremoto de 1976 aceptaron el llamado de Dios para venir a Guatemala y ayudar en la reconstrucción- de Guatemala, y sobre todo, compartir el Evangelio del Reino de Dios a los guatemaltecos, entendiendo que ese Evangelio no consiste únicamente en que la gente sea salva, sino que corno fruto de su salvación, las verdades de Dios reveladas en su Palabra transformen de manera integral sus corazones, llevándoles a desarrollar un estilo de vida individual, familiar, de trabajo o empresa, su entorno social y vida de nación, que honra y glorifica a Dios, y a la vez produce un impacto poderoso que ayuda en la transformación de la sociedad.

De la obra que empezó en la capital de Guatemala, se han abierto muchas obras más en el interior de la República, y en naciones como Nicaragua, El Salvador, Honduras, México, Estados Unidos y Canadá; Ecuador, Brasil, Perú, España. Como Ministerio reconocemos que fuimos llamados para ser extensión de su corazón a todo el mundo. Retomemos el desafío para alcanzar cada cabecera departamental, cada municipio y cada rincón de Guatemala, e ir a cada nación del mundo a donde El en su gracia nos envíe, recordando las palabras del Señor Jesús: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que yo os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Mateo 28:19-20.

El evangelio no consiste únicamente en que la gente sea salva, sino que, como fruto de su salvación, las verdades de Dios reveladas en su Palabra transformen de manera integral sus corazones.


Lic. Enrique Rodas

Miembro de Consejo Nacional de Ministerios Verbo Guatemala.

Anciano que preside Verbo Antigua.

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