Madurez y responsabilidad misionera por Daniel García

Cuando Pablo escribió la epístola de Efesios su prioridad fue la iglesia. Esta fue enfocada a creyentes que habían obtenido alguna madurez en la practica de su vida espiritual.

El énfasis que el apóstol Pablo expone en cuanto al plan de redención y el propósito de Dios en establecer la iglesia, basado en su experiencia en relación con numerosas iglesias que habían sido fundadas antes que Éfeso, y que le permitía contemplar y distinguir la organización que había surgido de la palabra “iglesia”, como algo universal mas allá de un grupo local de creyente.

Cuando leemos Efesios 4:11-13: “Y él mismo constituyo a unos, apóstoles; a otros, profetas, a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Pablo estaba asegurando que la nueva expresión del propósito de Dios es que los cinco ministerios perfeccionen a los santos para la obra y edificación del Cuerpo de Cristo.

Dios equipa a la iglesia para que tenga la capacidad de llegar a la unidad de la fe y así tener un conocimiento real del Hijo de Dios. Tenemos que resaltar que es indispensable que la Iglesia se levante en el poder del Espíritu Santo para cumplir con su deber de transformar las naciones y demostrar que solo con Jesús tenemos la respuesta a la necesidad del ser humano. Únicamente a través de esto la iglesia podrá cumplir su destino aquí en la tierra, cuando cada discípulo de Cristo realice la obra del ministerio al anunciar el mensaje redentor de Cristo Jesús.

Uno de los ejemplos bíblicos respecto a la obra misionera es Pablo, quien, en pocos años, estableció la iglesia en varias provincias del imperio: en Galacia, Macedonia, Acaya y Asia. Antes de esa época (año 47 d.C) no habían iglesias en estas provincias, y da alguna impresión que su trabajo había culminado, pero no fue así, la apertura de nuevas iglesias aun continuaba.

La respuesta del apóstol Pablo a la visión celestial lo empoderaba para superar todo obstáculo y cada crisis que enfrentaba como “una oportunidad” de avanzar en el reino de Dios. Como Ministerios Verbo, desde nuestro origen, hemos sido llamados a ser una iglesia misionera con un mensaje a las naciones y hemos asumido nuestra responsabilidad y lugar en el cuerpo de Cristo.

Toda estructura debe ser flexible para servirnos en el avance del Reino de Dios y los recursos que el Señor ha provisto son un complemento para la realización del plan para nosotros en esta época, por lo que debemos animarnos como iglesia Verbo en Guatemala a no conformarnos ni limitarnos restando esfuerzo, tiempo y finanzas.

Extendámonos hacia lo que esta por delante, a lo que Dios nos ha revelado en cuanto a nuestro país, como abrir una congregación Verbo en cada cabecera departamental, asumir el rol de liderazgo misionero y enviar equipos a otras partes del mundo. ¡¿Cuál será el resultado?! Definitivamente, una gran cosecha, no solo en Guatemala, sino en cada nación.

“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” Juan 15:8.  Estamos animados de continuar la tarea pionera de nuestros fundadores porque Dios llama a creyentes como tu, a iglesias y familias como las nuestras a ir a las naciones, hasta lo ultimo de la tierra.

El tiempo de madurar y tomar responsabilidad ha llegado; la madurez se nota cuando ves la necesidad de otros, actúas y cuando esta pendiente de participar con Dios en la tarea misionera. Juan 4:35 (NVI) ¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses para la cosecha? Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura”.


Daniel García
Anciano que preside Consejo Nacional de Ministerios Verbo Guatemala.

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